15 de abril de 2021
Habitualmente, para garantizar la eficacia del motor de combustión en un vehículo industrial se recurre a los sistemas de refrigeración, en los que un ventilador genera un determinado flujo de aire que permite evacuar el exceso de calor.
Los primeros motores tenían amplias dimensiones, eran pesados y requerían de una gran cantidad de combustible. Los sistemas de refrigeración de los vehículos que contaban con este tipo de motor utilizaban un ventilador de flujo continuo para mantener una temperatura adecuada de funcionamiento.
Si el ventilador funcionaba de manera continua, en determinadas condiciones podía provocar un sobreenfriamiento del motor que afectaría negativamente a la vida útil de este. Fue entonces cuando aparecieron los primeros embragues viscosos para ventilador. Estos dispositivos permitían controlar la transmisión de la potencia al ventilador en función de las necesidades de refrigeración del vehículo.
Los primeros embragues viscosos para ventilador eran compactos, con álabes metálicos, principalmente de aluminio, unidos directamente al embrague. El tipo de accionamiento de estos embragues consiste en un mecanismo que activa el ventilador cuando la temperatura del aire que incide sobre la parte frontal del embrague es demasiado alta. En un embrague viscoso, este tipo de accionamiento se conoce como control bimetálico.
Con el tiempo, los fabricantes de vehículos fueron desarrollando motores más pequeños y ligeros que requerían de un sistema de refrigeración más específico, acorde al tipo de motor. De este modo, se comenzó con el desarrollo de diferentes modelos de embragues viscosos con control bimetálico, con diferentes capacidades de transmisión de potencia, en los cuales era posible acoplar diferentes tipos de ventiladores que, además, eran mucho más ligeros, de plástico, y más eficientes que los de aluminio.
En las últimas décadas, sin embargo, comenzaron aparecer normativas de anticontaminación, debido a las cuales los fabricantes se encontraron obligados a reducir, considerablemente, el consumo de combustible en sus vehículos. Esto supuso el desarrollo de un nuevo tipo de embrague viscoso, con control comandado por la ECU del vehículo. Este nuevo modo de control permitía regular, de manera más eficiente, la velocidad a la que debía ir el ventilador, en función de las necesidades de refrigeración del motor a tiempo real y conseguir así una respuesta mucho más rápida.
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COJALI S.L.
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POR QUÉ GARANTIZAR EL FUNCIONAMIENTO ÓPTIMO DE UN NUEVO EMBRAGUE EN VEHÍCULO ANTES DE LANZARLO AL MERCADO